RIÓ COLORADO.
En este resumen se
engloban características, actividades e impactos del Rio Colrado.
La
cuenca transfronteriza del Colorado abarca un área de más de 630,000
km2 en la que habitan más de 30 millones de personas en ambos países.
Desde su nacimiento en las montañas Rocallosas en Estados Unidos, el
río recorre más de 2,300 km en dirección suroeste por los estados de
Wyoming y Colorado hacia Utah, Nevada, Arizona y California. Los últimos
140 km del cauce del río Colorado se encuentran al sur de la frontera
internacional México-Estados Unidos, entre los estados de Baja California
y Sonora. Representando casi el 2% del total de la cuenca, el delta es el
área en donde el río Colorado se dispersaba en meandros y lagunas antes
de su desembocadura en el Golfo de California.
Actualmente el delta del rio Colorado está dentro del área ecológica protegida por el
gobierno mexicano del Alto golfo de California y delta del río
Colorado.
Más del
85% del volumen de agua
disponible en la cuenca es captada en las montañas del estado de
Colorado, en un área que cubre tan sólo el 15% de la misma. El volumen
de agua acarreado anualmente en el río Colorado varía alrededor de los
17,000 millones de metros cúbicos (Mm3), sin embargo, el 70% del volumen
anual fluye en la temporada de deshielo.
La construcción de
infraestructuras hidráulicas para el
control, derivación y almacenamiento de flujos del río Colorado se
inició bajo la premisa de tener un mejor aprovechamiento del agua para
fomentar el desarrollo agrícola y urbano del árido suroeste de
los Estados Unidos. Veinticinco presas de almacenamiento y cientos de
derivaciones han sido construidas a lo largo del cauce y sus tributarios.
Actualmente, la capacidad conjunta de almacenamiento de todas las presas y
reservorios menores es de más de cuatro veces el volumen anual del río
Colorado.
El
conjunto de leyes y dictámenes jurídicos que regulan el almacenamiento,
derivación y asignación de volúmenes del río Colorado determinan la
cantidad de agua que le corresponde a cada estado en Estados Unidos y
el volumen que le corresponde a México. El total de derechos de agua asignados
en la cuenca del río Colorado es de 21,586 Mm3. Sin embargo, el volumen
anual registrado en promedio en los últimos 100 años es de 18,500 Mm3, por lo
que se tiene una sobre-asignación de derechos de aproximadamente 17%. La
primera asignación de volumen se divide por cuenca, la cuenca alta tiene
derecho a 9,251 Mm3 mientras que la cuenca baja tiene una asignación de
10,484 Mm3.
Más del 80% del volumen anual del
río Colorado es utilizado
en distritos de riego que dedican
más de 16,500 km2 a la agricultura; el resto es usado para proveer agua y
energía eléctrica a los
más de 30 millones de personas que viven en la cuenca. Hay además 15
tribus indígenas, siete refugios nacionales de vida silvestre, cuatro áreas
nacionales de recreación, cinco parques nacionales en Estados Unidos y una
reserva de la biosfera en México que dependen del agua del
río Colorado.
Del volumen asignado a México, el
83% se usa en el estado de Baja
California y el
17% restante en el estado de Sonora. En la asignación por tipo de usos en
México, el 85% del volumen disponible se usa en la agricultura del
valle de Mexicali y el resto se
dedica a usos urbanos e industriales en las ciudades de Mexicali, Tecate y
Tijuana en Baja California y San Luis Río Colorado en Sonora.
Los servicios ambientales del río
Colorado juegan un papel crítico para la economía y las comunidades
de la región, proveyendo agua para 200,000 ha de cultivos agrícolas,
así como agua para las ciudades. Las zonas de humedales proveen los recursos para
actividades de pesca, turismo, cacería y recreación para miles de personas
(CarrilloGuerrero, 2004), mientras que la zona de interacción entre el río
Colorado y el Alto Golfo de California es una de las regiones pesqueras
más productivas de México.
Los impactos del manejo del río
Colorado han repercutido
de manera más drástica en la zona del delta y en la desembocadura del río
en el Alto Golfo de California. Localizado en los estados de Sonora y
Baja California, el delta reúne todos los impactos que se han acumulado a
lo largo de la cuenca.
A la entrada del Colorado a México, en la Presa
Morelos, Baja California, el
flujo del río se reduce a la cantidad de agua que Estados Unidos debe
entregar a México de acuerdo
al Tratado Internacional de 1944. En este punto, México deriva los
volúmenes remanentes para destinarlos a distintos usos humanos. El
río, sus humedales y el Alto Golfo normalmente se quedan sin agua
dulce.
Los flujos hacia el delta empezaron a
disminuir desde principios del siglo XX, pero no fue hasta la construcción
de las presas Hoover (en 1936) y Glen Canyon (en 1963) cuando realmente hubo
una reducción significativa de flujos. El periodo más crítico fue
entre 1963 y 1979, cuando prácticamente por casi 20 años no hubo
flujos del río hacia el delta. Esto causó la pérdida de más del 80%
de las zonas de humedales y bosques riparios, y la desaparición de la
porción estuarina del río. Grandes porciones del delta y valle
de Mexicali, además de haber sido desecadas, se han salinizado.
El efecto más drástico en el delta ha sido
en la comunidad de peces de agua dulce: de las 14
especies nativas, sólo quedan poblaciones remanentes de una especie, el
pez cachorrito del desierto. Todas las demás especies de peces de
agua dulce nativos han sido extirpadas regionalmente. Actualmente, la comunidad
íctica se compone prácticamente de especies exóticas, principalmente
carpa (Cyprinus carpio), tilapia (Tilapia spp), pez mosquito
(Gambusia affinis), lobina (Micropterus salmoides) y bagre
(Ictalurus spp.), así como de especies estuarinas, como la lisa
(Mugil cephalus; Calvo-Fonseca, 2010).
Los efectos de la reducción de agua dulce en el Alto
Golfo han sido muy notorios, en particular con la reducción de la totoaba y de
la almeja del delta del río Colorado (Mulinia coloradoensis).
La totoaba es un pez
marino, endémico de la parte Norte del Golfo de California, que
alcanza longitudes de más de dos metros y forma agregaciones reproductivas
a finales de invierno y principios de primavera en la desembocadura del río,
buscando los flujos de agua dulce para desovar y criar sus juveniles.
Entre 1920 y 1960, la totoaba fue la principal pesquería de la región,
alcanzando capturas de 2 mil toneladas por año, fomentando la creación de
los pueblos pesqueros de Puerto Peñasco y Golfo de Santa Clara
en Sonora, y San Felipe en Baja California.
Desde la década de 1970, a causa de la pérdida de los
flujos del río y la sobreexplotación pesquera, la población de totoaba se
redujo a niveles críticos y la especie se decretó en peligro de extinción,
prohibiéndose su aprovechamiento pesquero (CONANP, 2007). Su protección y
algunos flujos esporádicos en los últimos 30 años han fomentado una
pequeña recuperación de la totoaba, pero no ha logrado alcanzar la
abundancia que tenía hace 50 años.
La almeja del delta del río Colorado es uno de los
ejemplos más claros de los efectos que ha sufrido este ecosistema, ya que
es endémica de la zona estuarina del río y el Alto Golfo, particularmente
adaptada a la zona de mezcla de agua dulce y agua salada. Esta almeja era
la especie dominante en la zona, y era tan abundante que sus conchas
formaron islotes de barrera de 3 km de largo. Con la desaparición de
los flujos del río, la especie se ha reducido cerca de 99% y ahora se
considera con un alto nivel de riesgo de desaparecer.
La totoaba y la almeja del delta son dos casos muy
visibles de los cambios ambientales en el delta, la primera por su
abundancia histórica y su gran tamaño, y la segunda porque dejó marcada su
historia en sus conchas. Es importante considerar que estas especies
son sólo dos ejemplos de la magnitud de los cambios ecológicos en el
delta, los que muy probablemente se han replicado en toda la cadena trófica de
la zona estuarina.